¿Has visto unos cotonitos de bambú hechos con tanto cariño? Porque nosotros no. Estos nacen como acto de rebeldía a sus primos lejanos plásticos que duraban sólo un uso. Tienen gorros de algodón, lo que los hace suaves como la avena de la abuela. Igual, es un poco hiperactivo, por lo que tiene un cuerpo firme de bambú para sostener sus gorritos y limpiar lo que necesites. También, son medios nómades, por lo que su casa es reciclable por si se quieren ir a otra no dejar rastro.
El plástico puede tardar 1.000 años en degradarse, y tú ¿cuánto dejarás en el planeta? Esta Biobrush, una startup chilena, trae la solución. Estos cotonitos de bambú hacen un match perfecto con nuestros pétalos desmaquillantes. Algunos lo comparan incluso con el pan con mantequilla.
Componentes: 100% Algodón y bambú ambos biodegradables.
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