Estamos despidiéndonos del 2017, y es un buen momento para hacer un alto en el camino, agradecer por todo lo que ha sido (y lo que no también) y disponernos a abrazar todo lo nuevo que traerá consigo este 2018. Pero antes de estirar los brazos, conviene soltar y dejar ir todo aquello que ya no necesitamos, para que no nos estorbe.
Puede que sea algún objeto que ya no usas, algún viejo hábito que no te hace bien, alguna creencia que te está limitando o alguna relación. No importa si se trata de algo concreto o algo abstracto, si es sólo una o un listado de 50 cosas, cada quien sabrá de qué quiere o necesita desprenderse hoy.
A continuación, te compartimos una lista con algunas cosas que hemos dejado y con las que estamos dejando ir, por si te animas a soltar algo también
1. Dejo ir mi pasado, con todo lo que fue y lo que no fue; es hora de seguir adelante y comenzar a contar una nueva historia.
2. Me libero de todos los pensamientos que no me hacen sentir bien y empoderado; por ejemplo, tomo todos los “¡no puedo!”, les borro el “no” y los transformo en “¡puedo!”
3. Dejo de preocuparme por lo que no quiero que ocurra; mejor me ocupo y hago algo para lograr lo que sí quiero. ¡Y comienzo ahora mismo!
4. Me libero de la creencia de que ya es muy tarde (o que estoy muy viejo) para hacer lo que quiero; mientras esté vivo nunca será demasiado tarde para soñar, para aprender, para cambiar, ¡ o para comenzar una nueva vida!
6. Dejo de culpar a alguien por algo; asumo que soy responsable de mis decisiones, de mis acciones y de mi propia vida. Si no me gusta algo, tengo dos opciones, aceptarlo o cambiarlo.
7. Dejo ir la creencia de que tengo que hacer las cosas y vivir la vida igual que el resto para encajar y ser aceptado. Expreso mi singularidad y disfruto mi vida como mejor me parezca.
8. Suelto la auto-exigencia de hacer más o hacerlo perfecto. Hoy he hecho lo mejor que puedo, y eso es suficiente.
9. Suelto la idea de que hay sólo una manera correcta de hacer las cosas o de ver el mundo. Nutro mi perspectiva con visiones distintas y abrazo la diversidad de la vida.
10. Dejo de pensar que tengo que saber cómo hacerlo para poder empezar un cambio en mi vida. El camino se hace al andar (y se hará de maneras que no puedo ni imaginar ahora).
11. Suelto el miedo a lo desconocido; me animo a dar un pequeño paso y observo cómo el camino se revela a medida que avanzo.
12. Dejo de pensar que mis sueños no son importantes. ¡Siempre sigo a mi corazón!
¡Les deseamos un feliz año nuevo!
Autor: Rumbo Verde
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