Sientes que tu vientre está a punto de estallar? Es doloroso y tu estómago está resentido? Tienes una sensación de pesadez, cansancio e incomodidad? Todo lo que quieres hacer es ir a casa, tomar un baño relajante, y acurrucarte en la cama?
Te sientes poco atractivo, consciente de ti mismo, y te genera timidez el tener tu vientre sobresaliendo contra tus pantalones? Te sientes como si la gente te estuviera mirando… te sientes como si tuvieras un embarazo de 5 meses, lo que dificulta vestirte y tiendes a usar ropa más holgada, para que nadie se dé cuenta?…
Puede incluso arruinar tu día, pues no te sientes con energías ni estás motivado… ¡Es frustrante! Nadie quiere sentirse tan lento y pesado después de una comida. ¿Por qué tu digestión no puede funcionar de forma normal? ¿Por qué sientes que tienes una bola de boliche en el estómago?
La mayoría de las personas no se dan cuenta de lo deprimente que es sentirse y estar hinchado. Es una sensación horrible que no desearíamos a nadie. Por no hablar de cómo es de agotador a nivel emocional.
La hinchazón es una enfermedad grave y debilitante. Es un signo de nuestro cuerpo alertando que algo no está bien. Puede ser un signo de una enfermedad más grave. Así que si sufres de hinchazón, consulta a tu médico para descartar cualquier enfermedad crónica.
Aquí hay algunos trucos que han sido de inmenso valor para nosotros. Espero que sean valiosos para ustedes, también.
1. No debes beber 8 vasos de agua al día necesariamente
Ya sabes lo importante que es la hidratación. De lo que no puedes estar seguro es de cuánta agua es suficiente. Las recomendaciones generales son de 8 vasos al día e incluso aplicaciones móviles para rastrear y hacer seguimiento de tu consumo de agua. Pero hay una mejor manera y tu cuerpo lo dirá. Además de la sed general, también se puede analizar el color de la orina.
Tu orina debe ser de color amarillo pálido. Si es demasiado oscuro, tu cuerpo necesita más agua para excretar sustancias no deseadas. También ten en cuenta la deshidratación de alimentos como la sal, la salsa de soja, los alimentos envasados y la cafeína.
2. ¿Tienes deficiencia en este nutriente?
¿Sabías que el 97% de los estadounidenses son deficientes en este nutriente? La persona promedio ni siquiera cumple con la mitad del mínimo requerido.
Este nutriente es fibra. La fibra es el oficial de tráfico en tu intestino que mantiene el tráfico en movimiento. Una buena regla general es asegurarse de que el 75% de tu plato está cubierto con alimentos fibrosos. Estos incluyen frutas, verduras, granos enteros o frijoles.
Si aumentas tu ingesta de fibra, házlo durante unas pocas semanas. No quieres abrumar tu intestino con muchos elementos y menos tan rápido.
3. Cuidado con el exceso de grasa
Demasiados alimentos grasos pueden ralentizar el proceso digestivo. Comer demasiada grasa es como conducir en un camino fangoso después de la lluvia. Estás avanzando, pero a pasos de caracol.
Esto se debe a que los alimentos grasos ralentizan el vaciado del estómago. No es necesario cortar toda la grasa, pero experimenta con cantidades más pequeñas de la misma. Esto hará espacio para los alimentos fibrosos que mencionamos anteriormente. Caminos menos fangosos y más oficiales de tráfico acelerarán el viaje digestivo de tus alimentos.
4. Es importante cuándo bebes agua
Beber agua con o muy cerca de las comidas puede entorpecer con tu digestión. Deseas estar hidratado, pero también deseas separar los líquidos de los sólidos. Sigue esta guía para una hidratación óptima:
Bebe tanta agua como puedas ingerir durante los 30 minutos previos de cada comida. Esto permite una hidratación adecuada sin interferir con la digestión. Trata de evitar líquidos hasta 3 horas después de la comida.
5. Comer demasiado cerca de la hora de acostarse
Imagina que estás en el trabajo un viernes por la tarde. Es una hora antes del cierre. Tu jefe viene y le dice que hay un proyecto masivo en el que necesita que trabajes, comenzando ahora. ¿Cuáles son las posibilidades de que seas productivo en esta situación? Cero. Así que lo dejas hasta el lunes.
A medida que te preparas para la cama, tu cuerpo también comienza a relajarse. Comer demasiado cerca de la hora de acostarse puede llevar a despertarse hinchado. No quieres ir a la cama con partículas de alimentos no digeridos en el estómago, ¿verdad?
Trata de terminar tu comida 3 – 4 horas antes de acostarte. Esto asegura que tu cuerpo haga digestión y puede centrarse en la recuperación durante el sueño. Despertarás sintiéndote ligero y recargado.
6. Reduce el consumo de los siguientes líquidos
Tu flora intestinal es vulnerable y delicada. No está acostumbrada a algunas mezclas de la sociedad moderna. Las siguientes sustancias pueden estropear tus bacterias intestinales sanas. Trata de experimentar con la reducción del consumo de alcohol, bebidas gaseosas, edulcorantes artificiales y productos lácteos.
Opta más bien por las infusiones libres de cafeína como la manzanilla o agua purificada. Si prefieres una leche vegetal (no-láctea), ten cuidado con las versiones de consumo masivo como las que venden en el supermercado. Pueden contener aditivos que irritan aún más el revestimiento del intestino.
En resumen
A veces se siente como si nuestro cuerpo nos estuviera saboteando. Como si no estuviera de nuestro lado. Como si estuviera torturándonos con todo el dolor y el malestar que está causando.
Tal vez estás molesto con él. Tal vez has perdido la fe en él. Tal vez estás frustrado por no estar disfrutando del estado de salud que mereces. Esos resultados que anhelas que lleguen.
Pero queremos que sepas una cosa. Y es que tu cuerpo es el más avanzado, el genio, y la pieza hermosa de la maquinaria jamás creada nunca, pues puede hacer cosas milagrosas.
El ácido del estómago es lo suficientemente poderoso para disolver hojas de afeitar! Tu revestimiento intestinal es lo suficientemente grande como para cubrir dos canchas de tenis. Tu cuerpo hace un nuevo revestimiento intestinal cada cuatro días.
Pero desafortunadamente, no tenemos un manual de usuario para esta máquina. Solo podemos experimentar para ver cómo responde a nuestros insumos.
Nuestro cuerpo sólo puede comunicarse con nosotros de una manera, y esa es a través del dolor y la incomodidad. A veces susurra, esperando ser escuchado. Pero lo ignoramos. Así que nuestro cuerpo se ve obligado a gritar para llamar nuestra atención.
También queremos que sepas que tu cuerpo está luchando por ti. Está a tu lado como un soldado fiel, listo para luchar hasta la muerte para protegerte. No pide vacaciones. No pide descansos. No pide mucho. Sólo pide combustible adecuado, hidratación, descanso y un poco de sol.
Tu cuerpo siempre se está moviendo hacia una salud óptima. Siempre. Dejemos de dar a nuestro cuerpo recados innecesarios para ejecutar y dejar que se centre en su trabajo más importante – luchar por tu salud.
Autor: Hanro Roos, Food Matters.
Traducción y adaptación: Rumbo Verde.
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