La cúrcuma es un antiinflamatorio muy eficaz para tratar dolores articulares, como la artritis, también refuerza el sistema inmune, ayudando a protegernos de virus, bacterias dañinas y otros patógenos. Puede aliviar el ardor, dolor e hinchazón de garganta.
La cúrcuma es además un anticancerígeno natural, que previene la aparición y el crecimiento de tumores. También tiene una potente acción antioxidante, también mejorando la función hepática.
Mejora también nuestra digestión promoviendo un consumo más adecuado de los alimentos al estimular la producción de ácido gástrico. Puede ayudar a reducir además la inflamación intestinal y potenciar su permeabilidad. Se considera un buen aliado para aliviar los síntomas del síndrome de intestino irritable. La cúrcuma es recomendable para la depuración hepática, siendo también regulador de los niveles de azúcar en sangre (glicemia).
Cómo consumir la cúrcuma
La cúrcuma en polvo la puedes agregar como condimento a tus alimentos o bien agregar a batidos. Es muy importante agregarle siempre una pizca de pimienta negra para potenciar su efecto antiinflamatorio.
Puedes también preparar una infusión de cúrcuma poniendo 2 tazas de agua a hervir. Añadimos una cucharadita de cúrcuma en polvo y reducimos a fuego lento durante 10 minutos. Colamos el té con un tamiz fino en un vaso, agregamos dulzor y/o limón a gusto.
También puedes preparar leche dorada, que se hace con alguna leche vegetal a tu elección y cúrcuma.
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